Dos, nueve, cinco…es la tercera vez que marco el número y no sé para qué insisto cuando en realidad estoy temiendo que alguien pronuncie el consabido ¿diga? Es una tortura, no sé para qué hago esto. ¿Si? Buenos días, esto… ¿es usted Mª del Carmen Granados? ¿Si? Pues a ver…es difícil de explicar quien soy. Quizás comience por decirle quien no soy, puede que
sea más fácil. ¡No! No es ninguna broma, por favor, no me cuelgue. Al contrario, nada más lejos de mi intención que hacerle perder el tiempo, señora. He tardado mucho en decidirme a llamarla, y, si lo he hecho, no es precisamente por que me encuentre demasiado a gusto haciéndolo. Entiéndame.
Emy Luna
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