El viento trae olor de primavera.
¡Qué bien se está en el jardín dormitando!. Angela ha barrido todo el patio y se ha pasado un buen rato regando con mimo las plantas. A mí también me gustan. Pero sobre todo me gusta verla trajinar por aquí fuera. Noto su olor perfumado, aunque demasiado intenso para mi gusto. Se acerca a mí y me acaricia la cabeza. Sin abrir los ojos me aprieto contra su mano. sonriendo me dice:
– Vamos holgazán, levántate.
Abro los ojos. Se ha vestido chándal y zapatillas.Quiere salir a pasear.
Me desperezo. Ya no tengo edad para salir corriendo. Bebo un poco de agua y la espero junto a la puerta mientras ella saca las llaves, cierra y las pone en el bolsito riñonera que lleva siempre que salimos. La miro en silencio.
Rafi Bonet
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