“Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.”
Jorge Luis Borges
El día que llegó el mar tus ojos se abrieron como dos lunas llenas para tragar la inmensidad que habías presentido en los sueños. Habías vivido una existencia entera sin poder verlo. Mitos, canciones, historias y leyendas bañaban tu ideario infantil de aquella inmensidad que llamaban mediterráneo. De niño, te lo describían, pero no era lo mismo. A diario olías el fuerte salitre que inundaba tu olfato. Era omnipotente este dios de los tres continentes. De noche se intensificaba el olor marino con las algas muertas a la orilla.
Benito Pastoriza Iyodo
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